martes, 8 de mayo de 2012

Historias de la guerra: Un blanco fácil (Germán Zamorano)


            Bremen (Alemania), 20 de diciembre de 1943

            ─¿Por qué tenemos que bombardearla otra vez? ─dijo Brown levantando la voz para hacerse oír por encima del ruido de los motores.
            ─Son las órdenes, Teniente. Soltar la carga y volver a casa.
            Prefirió no contestar. Al fin y al cabo, él no estaba allí para cuestionar las órdenes, las diese quien las diese. Bastante tenía ya con pilotar aquel trasto y llevarlo sano y salvo de regreso a la base.
            En ese momento, las baterías antiaéreas comenzaron a escupir fuego. Las trazadoras partían la oscuridad de la noche iluminando la cabina a intervalos. Brown viró a la izquierda, picando un poco, hacia la boca del lobo, hacia el malvado corazón de la bestia. El avión protestó, pero enfiló el rumbo.
            ─Estamos en la línea del objetivo.
            ─Muy bien, chaval, ahora procura mantener recto y en el aire este trasto. En un rato habremos acabado. ¿Habéis oído, holgazanes? ¿A qué esperáis? ¡Vamos, joder, abrid las compuertas!, ¿o es que queréis bombardear cuando se haya terminado esta maldita guerra?
            Los artilleros se apresuraron. Las compuertas se abrieron. Muchos metros por debajo, las primeras bombas incendiarias comenzaban a engullir los barrios periféricos de Bremen.
            ─Estamos sobre el objetivo[1].
            Y las bombas comenzaron a caer, de una en una, a intervalos regulares, directas hacia las ruinas de una ciudad castigada con crudeza, hacia las ruinas de una ciudad que albergaba las últimas almas que resistían, entre escombros, tras varios años de guerra.
            ─¡Ya están aquí, Capitán, son Messerschmitt!
            ─¡Malditos cabrones! ¿Y dónde coño están los nuestros? ¡Mantenga el rumbo, Teniente!
            ─¡Nos van a hacer picadillo!
            ─¡No se desvíe, mantenga el rumbo, es una orden!
            Dos Bf-109 surgieron desde arriba, pasaron cerca del bombardero y maniobraron con agilidad buscando su cola. Abrieron fuego.
            ─¡Los tenemos a las seis! ¡Joder, que alguien dispare esas ametralladoras!
            Y las ametralladoras comenzaron a cantar, buscando con sus notas del calibre 50 a los cazas alemanes. En el cielo, una danza de fugaces líneas amarillas, humo y olor a pólvora. El fuselaje recibió varios impactos. El artillero de cola fue alcanzado de gravedad.
            ─¡No podemos seguir en línea recta, Capitán! ¡Somos carne de cañón!
            Las últimas bombas fueron arrojadas. Los dos cazas volvían a maniobrar para buscar posición de ataque.
            ─Ya está, Teniente. Nos largamos. ¡Sáquenos de esta madriguera!
            El fuego antiaéreo se había intensificado. Algunos bombarderos caían en picado o en barrena dibujando estelas de humo en el cielo negro. Brown hizo un viraje mientras ganaba altura. Varios focos de fuego iluminaban la noche, horadando las tinieblas con llamas de varios metros de altura. Bremen estaba siendo masacrada.
            ─¡Ahí están, los tenemos otra vez en la cola!
            Los cazas fueron más precisos en su ataque y sus ametralladoras de 13mm barrieron el fuselaje y parte del ala izquierda. El motor estalló en llamas.
            ─¡Estamos jodidos! ¡Perdemos potencia!
            ─¡Maldita sea! ¿Dónde están los nuestros?
            Una nueva andanada terminó por desprender parte de las placas del fuselaje. Dos artilleros resultaron muertos, y otros dos más heridos por los fragmentos desprendidos de metal.
            ─¡Estamos cayendo, perdemos altura!
            ─¡Manténgalo en vuelo, Teniente! Tenemos que salir de aquí. ¿Cree que podemos cruzar la frontera?[2]
            ─No lo sé Capitán, será un milagro si lo logramos. Tenemos el fuselaje abierto y el motor izquierdo está inutilizado.
            ─Inténtelo, Teniente. Nuestras tropas están esperando para avanzar. Si logramos llegar al otro lado estamos salvados, aunque tengamos que aterrizar este montón de chatarra con el culo ─el Capitán gritaba junto al oído de Brown.
           
            Stigler[3] buscó su objetivo en el cielo. El B-17 se alejaba, desprendiendo volutas de humo y fragmentos de metal mientras perdía altura. Su único motor en funcionamiento[4], fatigado, no aguantaría mucho más. Indicó a Steinhoff que guardase sus seis y se situó a la cola del bombardero, centrándolo en la mira, dispuesto a derribarlo. El B-17 continuaba en línea recta, descendiendo ligeramente. Stigler se extrañó de que no abriesen fuego. Se acercó un poco más.
            ─¿Qué ocurre, Stigler? ¿Por qué no lo mandas al infierno?
            Stigler no contestó. Continuó acercándose hasta situarse en paralelo, por la parte del ala derecha. A través de los destrozos del fuselaje podía ver el interior del avión de Brown y cómo la tripulación se ayudaba mutuamente mientras el piloto luchaba por mantener el rumbo y la altitud.
            ─No puedo derribarlos.
            ─¿Y qué piensas hacer, escoltarlos hasta la frontera holandesa?
            Nuevamente optó por callar. Para Stigler era como si estuviesen cayendo en paracaídas. Los veía, eran un blanco fácil, pero no podía derribarlos. Así, no.
            ─Sabes que esto te puede costar un consejo de guerra ─y Steinhoff viró ciento ochenta grados, rumbo a Bremen, abandonando a su compañero.
            Stigler continuó escoltando al maltrecho B-17 hasta la frontera, entonces, saludó a Brown y regresó a su base.


[1] Aquel 20 de diciembre de 1943, el B-17 pilotado por Charlie Brown tenía como objetivo el bombardeo de una fábrica de aviones cerca de Bremen.
[2] En realidad, lo que hizo el avión de Brown fue cruzar el Mar del Norte hasta suelo inglés.
[3] Stigler no participó en el ataque al B-17 de Brown sobre el cielo de Bremen. Él estaba repostando y rearmando su avión en un aeródromo cercano. Cuando los alemanes vieron la retirada de los bombarderos aliados, fue ordenado despegar para abatirlos.
[4] El B-17 tiene cuatro motores, y no dos como se da a entender en el texto. El 20 de diciembre de 1943, el B-17 de Brown resultó seriamente dañado, y regresaba con tres de sus motores inutilizados.


7 comentarios:

  1. Un episodio muy bueno. Muy ágil, con sencillez en las explicaciones pero con el don de enganchar. Esa es la base de un buen relato, la capacidad para enganchar. Enorabuena, está muy jugoso!

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  2. Muchísimas gracias, Sol!!!! Germán tiene esa fuerza, estoy de acuerdo, ¡ojalá no le falte nunca ese potencial! Recrea muy bien las cosas...
    Un saludo muy fuerte!!

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  3. Me suelen gustar mucho las historias de guerras y batallas. Creo que ésta es muy buena. Está bien narrada y bien documentada.

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  4. Un millón de gracias, Anónimo!!!! Me alegro un montón de que te haya gustado este relato.
    Un saludo!!

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  5. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios!
    Un placer!

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  6. Es fantástico, se puede respirar en la cabina del avión el miedo del piloto y los artilleros. Es genial. Este relato, así como está, daba para un magnifico cortometraje. Me ha encantado, German, se nota que el asunto de la segunda guerra mundial te apasiona.
    Felicidades por tu talento y muchas gracias por regalarnoslo. Mª Ángeles.

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  7. Muchas gracias, Mª Ángeles, por tus palabras!
    La verdad es que tuvo que ser un momento terrible. La Segunda Guerra Mundial está plagada de pequeñas anécdotas de este tipo.
    Un abrazo!

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