Entre pensamientos y petunias
alcanzo el edén en silencio,
y bajo las ramas de los serbales,
entre floridos y antiguos matorrales,
evito el hastío y el cansancio,
los rencores, los odios y las penurias.
Como calas, jazmines y lirios,
florezco cada hermosa primavera,
desando lo andado por flores coronada,
recibo la lluvia con sonrisa afortunada,
y como encarnada rosa altanera,
rechazo las penas y los martirios.
Entre aliagas, laureles y celindas
encuentro la paz que mi alma ansía,
y bajo las hojas del fresno querido
escribo estos versos de don consabido,
mientras el mirlo, de voz bravía,
entona su canto de amor a la vida.
(c) Irene Sanz
sin palabras, me sentia hasta yo debajo del fresno, precioso
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Mina!!! No se trata de un poema muy elevado en cuanto a lenguaje, pero al menos suena lindo, ¿no?
EliminarUn besitoooo, y gracias por comentar :)))
Je, ahora si sale!! Es sabotaje mi niña, contra nos!! jejeje, bueno, pues que me a encantado, precioso!! :)
ResponderEliminarEso es alguien que nos tiene envidia, jajajaja!!! Muchas gracias, mi pelirroja, un besazo enorme!!! :***
EliminarSiento paz, y es muy agradable sentirla...gracias ;)
ResponderEliminar¡Un abrazo!
A veces hace mucha falta, Explorador... La paz en el alma es tan importante como el aire en los pulmones, la comida en el estómago y el amor en el corazón, jejeje :))))
Eliminar