viernes, 8 de junio de 2012

Apocalipsis

El tiempo estaba como petrificado ese anochecer de finales de otoño. Los negros nubarrones sobre nuestras cabezas impedían ver el cielo. Algunos truenos lejanos parecían esconder otros sonidos menos reconocibles. Desde la terraza podíamos escuchar una especie de zumbido o siseo cavernoso proveniente de las nubes. Mi madre preguntó varias veces qué era lo que producía aquel sonido, pero nadie pudo contestarla.
Mi nombre es Lizzy, y por entonces vivía en Alabama. La hoy extinta Alabama. Como el resto de los estados. Era solo una niña, y como tal sentía fascinación y miedo al mismo tiempo hacia todas las cosas. Y aquel sonido me fascinaba y asustaba a la vez. Llegó un momento en el que los truenos se vieron silenciados. El zumbido llegó a inundarlo todo. Arrancaba escalofríos y removía estómagos. Había algo maligno en él, y todos lo sabíamos. Pero no podíamos hacer otra cosa, salvo esperar.
Recuerdo que pasaron cerca de dos horas hasta que por fin las nubes comenzaron a dispersarse. Lo que éstas nos mostraron entonces fue algo que nunca, por muchos años que pasen, podré olvidar. Una indescriptible horda de platillos volantes, ovalados y pálidos a la luz menguante del sol, plagaban los cielos sobre las casas, los jardines y los campos, emitiendo aquel zumbido continuado que acallaba cualquier otro ruido existente. Aun quietos en la inmensidad, parecían respirar, estar vivos, vigilarnos. Mi fascinación se convirtió en terror. El griterío de la población se volvió insoportable. En ese momento todo se tiñó de verde y rojo. Y mi barrio, la ciudad y todo el país dejaron de ser como eran. El Apocalipsis había comenzado.
(c) Irene Sanz

6 comentarios:

  1. me ha recordado a Wells y la guerra de los mundos, me ha gustado mucho, saludos ;)

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    1. Muchísimas gracias, Mina!!!! Precisamente este texto va dedicado a una de las obras favoritas de mi hermano, ¡de pequeño se quedaba pegado a la televisión viendo la película de la Guerra de los Mundos!

      Un abrazo, amiga mía!! :)

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  2. Efectivamente, imposible no acordarse de la Guerra de los Mundos.
    Muy intenso Irene, unas pocas líneas llenas de tensión! Por cierto, no estaría mal sufrir uno de esos ataques... atrincherado en cualquier parte con la escopetilla a punto!

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    1. Claro, es que tampoco voy a escribir un tochazo, que se hace muy cansino de leer.
      ¿Verdad que un susto así nos vendría bien a los seres humanos?

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  3. No estaría mal una invasión,pero claro que solo se llevara a la gente mala,pero, ¿el termino malo que limites tiene? ¿Quién es malo y quien no? y..... ¿a donde llevarlos?

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    1. Pues yo apoyo la moción, Médano, pero yo iría un paso más allá: La invasión vendría en dos momentos, el primero para llevarse a la gente buena a un planeta guay de estos de quitarse el sombrero, y el segundo para aniquilar a la gente mala, peeeero, ahí está la duda: ¿Cómo distinguir una de otra? Igual a nosotros nos dejaban en tierra a esperar la aniquilación!!!

      Gracias por tu comentario!!! :)

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