domingo, 14 de octubre de 2012

Ensueño (Reverie)

Con la expresión desvaída y el cuerpo relajado, ante mí reposa Ensueño*, vestida de intenso bermellón y bañada en luz de oro. Sus ojos me miran sin mirarme; sus labios cremosos parecen sonreírme sin una sonrisa, temerosa quizá de transmitir siquiera un sentimiento. Su frialdad me quema; su pasión me congela. Sus cabellos, oscuros como azabache y espesos como una selva ignota, reposan libres sobre el terciopelo verde. Mi pincel en ocasiones tiembla, y otras se mantiene firme. Ensueño nunca tiembla, nunca habla, nunca siente, solo piensa. ¡Y cuánto daría este pobre pintor por saber qué ideas vuelan por su cabeza! Quizá ideas de libertad y fuerza, de búsqueda y aventura. Jamás ideas de muerte y desolación, de abandono o de rencor. No, eso jamás.
Mientras tanto mi mano continúa imparable, sosteniendo ante el lienzo el pincel cargado de óleo granate. Ensueño no aparta la mirada de mí, aun pareciendo hacerlo. Tampoco deja de sonreírme, aunque parezca hierática. Y entonces pienso que se trata de una hermosa esfinge, a la vez hecha de fuego y hielo, una esfinge que, solo con la mirada, me plantea un tentador enigma por descifrar.
Muy bien, me digo. Seré tu Edipo, aun a riesgo de descubrir tu secreto. Aun a riesgo de que te mates cuando lo logre.

(c) Irene Sanz

*Reverie, 1910. John William Godward

2 comentarios:

  1. Mucha frialdad..menos mal que al final se adivina el fuego ;) Quiero saber cuales son las preguntas. Y aprender más de Ensueño.

    Un abrazo :)

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    1. Veamos, Edipo, si es mejor fallar las respuestas que acertarlas ;) ¿Crees que es más aconsejable arriesgarse a provocar la ira de Ensueño tras descubrir sus secretos? ¿O acaso es mejor dejar sus enigmas dormidos?
      De todos modos, Ensueño parece anhelar ser descubierta, ¿no te parece?

      Un abrazo, Explorador, besossss :D

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