domingo, 12 de agosto de 2012

Carmesí

La blanca luz del mediodía entraba por la ventana abierta y cubría los muebles con un fino manto de apariencia gaseosa. 
Tenía las palmas de las manos agrietadas y doloridas tras toda una mañana de lavados en el canal. A lo lejos se oían los sonidos del mar. El intenso olor a humedad y a algas en el puerto era uno de sus recuerdos más tempranos. Ignoraba si se trataba de un recuerdo dulce o amargo. Sus pensamientos volaban lejos de allí mientras la plancha, casi al rojo vivo, transitaba sobre las marfileñas sábanas de lino y conseguía sonrosar sus pálidas mejillas. Los ojos de su mente veían un navío hendiendo unas espumosas aguas blanquecinas, cuando en realidad era la plancha surcando los pliegues de las sábanas. Oía en su cabeza el bramido del mar y el estruendo de una tormenta incognoscible. Se trataba de la tetera anunciando el té recién hecho y unas legumbres cociéndose en la cazuela.
El acelerado chismorreo de un par de gorriones peleando por unas migajas de pan en el alféizar de la ventana hizo que abandonase sus ensoñaciones. Dejó la plancha junto a las sábanas y se asomó a la calle.
En ocasiones, cuando no tenía nada que hacer, se sentaba junto a aquella ventana y se dejaba arrullar por el zumbido de los abejorros entre la enredadera. Aquel día ni los cantos de los pájaros conseguían evadirla de sus obligaciones. Y sin embargo una tempestad marina solo existente en el mundo de su cerebro hacía que el planchado se volviese menos tedioso.
Algo revoloteó ante sus ojos: una pequeña mariposa de alas color carmesí.
Suerte tienes, pensó, que aun de vida corta consigues alcanzar el cielo y mirar a la tierra desde las nubes.
La mariposa aleteó junto a ella como si pretendiese llamar su atención. Durante un somero instante pareció evocar un corazón suspendido en el aire. Una voz masculina la llamó por su nombre desde la calle. Se puso de puntillas, desvió la mirada hacia abajo y sonrió. Las fantasías volvieron a dormirse en el desván de su cabeza.
El amor se asemeja a una mariposa que, callada y cambiante, nos saca de un sueño sin vida y nos sumerge en otro vivo.

(c) Irene Sanz

4 comentarios:

  1. Precioso, me he visto por un rato asomada a en esa ventana... y que sepas, que yo siempre he pensado que las mariposas son algo especial, no solo belleza!! Que bonito escribes!!

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    1. Muchísimas gracias, guapa!!!!

      Siiiiiiiii, las mariposas tienen un algo muy especial, yo también lo he pensado siempre. Por lo que sé, dicen que las mariposas amarillas presagian lluvia, que las azules granizo, y que las negras simbolizan las almas de los muertos. ¡Algo tendrán cuando tienen tantas supersticiones!

      Un beso, mi niña!!! :)

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  2. Simplemente hermoso, me gusto es algo fino, y eso me agrada porque en estos momentos se perdió todo, y con esto es para sentir orgullo de nuestros amigos gracias.

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  3. Hay sueños y sueños. Este fue hermoso...aunque el del mar es de los pocos que puede competir con el del amor ;)

    Un beso :)

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